Este restaurante relajado con acento marinero tiene luces y redes de pescador a modo de toldos, se encuentra junto a la costa con vistas a la montaña que esconde la Punta de Teno. Ofreciendo un sitio romántico a las parejas que quieren contemplar una puesta de sol impresionante, el restaurante también ofrece un menú para rematar la experiencia.
Con increíbles vistas a todo el Puerto de la Cruz, las parejas pueden disfrutar de la brisa del mar y un menú de pescado y marisco. Tras la cena, tal vez se puede aprovechar de un paseo por la playa bajo la luz de la luna resplandeciendo en el mar.
Primero, reserva en una de las habitaciones de cama con dosel para quedaros esa noche. Y luego empieza la jornada con la propuesta excursión «Atardecer y Estrellas», una actividad que une gastronomía y observación astronómica en uno.
Allí, arropados por la lava del volcán, se inicia al atardecer desde la estación superior del Teleférico, a 3555 metros sobre el nivel del mar, observando la sombra del volcán y la espectacular puesta de sol con una copa de champán en la mano.
En cuanto los últimos rayos de luz se esconden tras las montañas, os espera, una cena romántica en el Teide, diseñada por el chef Erlantz Gorostiza, el único con dos estrellas Michelín de Canarias, y regada por los mejores vinos de la tierra.
Y, después de cenar, ¿hay algo más romántico que contemplar las estrellas y pedirle a esa pequeñita y fugaz muchos años a su lado? La cena se complementa con una observación guiada (con telescopios) de la impresionante bóveda que cubre las Cañadas del Teide. Abrazados, bajo la inmensidad del cielo, los silencios dicen a veces mucho más que las palabras.
El aire limpio, la noche clara, la mitología relacionada con las estrellas (¿Sabes por qué las Pléyades se llaman así?) y la serenidad del paisaje son una apuesta segura para conseguir magia.
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